Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 26 de octubre de 2019 | Publicado a las: 11:18
La memoria es frágil y sobre todo cuando no conviene, pero hay que recordar que en Chile, lo ocurrido en estos días no es nuevo. Es más, ha sido cíclico y con tendencia a repetirse. En esta nota, se recuerdan algunos de estos hechos.
También, no fueron pocos, aquellas personas que hicieron carne y espíritu el adagio “la ocasión hace al ladrón”, es decir los no delincuentes, quienes aprovechando la situación de descontrol y debilidad en la actuación represiva de la fuerza pública, para cometer delitos de pillaje.
Jorge Aguirre, Criminólogo
Cuando se analizan objetivamente los hechos ocurridos en la capital de Chile, se estudian los contextos e indicadores que lo generaron, sin excusas y con un símil a nivel mundial, es importante considerar a modo de cotejo, con otros movimientos sociales y sus consecuencias, olvidadas por muchos.
Como no recordar en el año 1968, la primavera de Praga, en Checoeslovaquia, cuando se quiso reformar el estado, verificar libertades del pueblo en plena Guerra Fría, y otras garantías, las que fueron aplastadas de inmediato por las fuerzas armadas de la Unión de Repúblicas socialistas Soviéticas (URSS), quienes con tanques y tropas, reprimieron sin contrapeso algunos al pueblo Checo.
Asimismo, también es dable señalar los aspectos que rodearon la primavera Árabe, donde los pueblos árabes de Túnez, Egipto, Libia, Siria, Yemen, Argelia, Bahréin, entre 2010 y 2013, se rebelaron para obtener democracia y derechos sociales, provocando grandes cambios en sus respectivos países.
Estos hechos y otros, significaron centenares de personas fallecidas y daños cuantiosos, generándose cambios políticos importantes, que algunos resultaron y otros no.
La memoria es frágil y sobre todo cuando no conviene, pero hay que recordar que en Chile, lo ocurrido en estos días no es nuevo. Es más, ha sido cíclico y con tendencia a repetirse, solo para recordar algunos:
Ha quedado en evidencia, que los “políticos profesionales”, no han sabido leer los indicadores previos, que se adelantan a los hechos, que muestran las señales de lo que viene, máxime si en el mundo entero y hoy por hoy, la sensación térmica demuestra una “delgada dermis”, ante lo que aparece como el mínimo atisbo de injusticia social y problemas económicos.
Si bien, los hechos materia de este “Nuevo movimiento social 2019”, ignorando como lo denominara la historia de Chile, pero que será una herida latente, puesto que a diferencia de los hechos anteriores, hay demasiada evidencia grafica no clasificada ni ordenada, que dará para todo.
Estos hechos ocurrieron en Santiago y en primavera, y aunque no tiene la misma connotación, la prensa internacional que ha querido mayoritariamente mostrar una versión del tema, sin aclarar los elementos, antecedentes y hechos, indicando la cantidad de víctimas fatales (15), en un mismo contexto, sin expresión de las verdaderas causas y situaciones en que ocurrieron.
En los casos de excesos de celo en mantener el orden, que son alrededor de 4, están en manos del Ministerio Publico y siendo investigados, como en cualquier estado de derecho.
Respecto de los saqueadores detenidos y participantes identificados, nada dicen de la cantidad de migrantes que participaron aprovechando la oportunidad para delinquir.
Estamos ciertos, que esta primavera en Santiago, para otros un santiagazo, que luego se replicó en otras ciudades de provincia, no son motivo de orgullo, pero llegando a fojas cero, hay que volver a escribir la historia político social, en un nuevo papel y con una nueva pluma, donde la caligrafía debe ser cuidadosa, para no volver a cometerse las mismas estupideces.
ADN chilensis
Cada día tiene su afán, y quienes no destiñeron y actuaron a su permanente altura, que es pequeña y soterrada, fueron los amigos de lo ajeno, los patos malos, el “lumpen”, los delincuentes de tomo y lomo, orgullosos de su lucrativo y poco esforzado oficio, y quienes siendo pocos, utilizaron a los “ajilados” (así denominan a los no delincuentes en el argot o coa) para que los acompañaran en sus fechorías y pillajes, cuales “hermanos Pincheira”, como montoneros asolaron Santiago y otras ciudades.
También, no fueron pocos, aquellas personas que hicieron carne y espíritu el adagio “la ocasión hace al ladrón”, es decir los no delincuentes, quienes aprovechando la situación de descontrol y debilidad en la actuación represiva de la fuerza pública, para cometer delitos de pillaje.
Aquí, es donde el accionar policial investigativo, de la PDI, debería haber reaccionado oportunamente logrando obtener imágenes de los delincuentes no solo de las cámaras de las calles si no que de los hechos, donde no todos los delincuentes andaban a rostro cubierto.
Especial felicitación para aquellos detectives que patrullaron Santiago en vehículos convencionales, sin medidas de protección y trataron de impedir saqueos, siendo sobrepasados y que no pudieron cumplir con las detenciones de los saqueadores especialmente en un local de retail en Alameda.
Sin embargo, hay que señalar que los medios blindados de la PDI y sus equipos tácticos equipados que fueron profusamente mostrados en la convención de Interpol, y en un procedimiento de secuestro días previos, brillaron por su ausencia y apoyo a sus fuerzas.