Publicado por: Claudio Nuñez | martes 26 de septiembre de 2017 | Publicado a las: 10:31
Según la Superintendencia de Salud, en 2016 se aprobaron 5.027.060 licencias médicas lo que corresponde a un 3,7% más que el año anterior. Dentro de los principales causales se encuentran las enfermedades mentales que corresponde al 42%.
La enfermedades mentales más comunes son las derivadas del estrés al que están sometidas las personas en el trabajo. Este aparece cuando las exigencias del entorno en el que se trabaja superan las capacidades del individuo. Según la empresa de reclutamiento especializado Page Personnel, el 61% de la población chilena ha declarado tener estrés laboral en más de una ocasión, lo que afecta tanto la productividad del trabajador como su calidad de vida.
Entre las causas más frecuentes de esta enfermedad laboral según el Ministerio de Salud se encuentran la sobrecarga de trabajo, presiones de tiempo para cumplir tareas y metas, y la existencia de una supervisión deficiente, las cuales se manifiestan a través de diversos síntomas, como por ejemplo, ausentismo laboral, depresión, ansiedad, cansancio, pérdida de interés, entre otras.
Frente a este escenario, Carolina Milla, Interim Senior Consultant de PageGroup, recomienda convertir ciertas conductas en costumbres, para así poder realizar un buen balance entre el éxito laboral y la calidad de vida:
Respetar los horarios personales y ser productivos con el tiempo: Chile uno de los países con los índices de jornada laboral más extensa a nivel mundial. Ser productivos en la jornada laboral y respetar los horarios de salida dará una sensación de éxito en el plano laboral.
Aprender a delegar y pedir ayuda: la sobrecarga laboral como un constante volverán un hábito la sensación de estrés laboral.
Comunicarse de la manera correcta: la comunicación con asertividad en el lugar de trabajo es fundamental. El poder expresar las ideas, sensaciones y opiniones de forma adecuada y en el contexto óptimo nos dará sentido de pertenencia y confianza en nuestro ambiente de trabajo.
Valorar el trabajo propio: darle un sentido personal al trabajo que se desempeña, hará que cada uno se sienta útil y pueda trabajar con dedicación, lo que aporta al autoestima y trabajo bajo presión.
Evasión de malas prácticas y hábitos negativos: los chismes y el ocultar información se vuelven en un hábito que finalmente producen un mal ambiente laboral, desconfianza y malestar con el ambiente.
Dedicarle tiempo a las actividades recreativas: Hacer deporte, compartir tiempo libre con familiares y amigos y dedicar tiempo a labores que permitan desconectar van a ayudar a equilibrar la vida personal y profesional. .
En Chile, según la experta, aún no existen políticas institucionales concretas que exijan rutinas para el autocuidado laboral. Por ello, los modelos y estrategias de autocuidado dentro de este marco deben darse por iniciativas organizacionales, de grupos de trabajo o personales.
Así, “una organización que fomente estos hábitos dentro de la cultura organizacional estará promoviendo un equipo más eficiente, comprometido con su trabajo y relaciones laborales armónicas, teniendo como resultado que las personas logren un mayor equilibrio en sus vidas”, agrega Milla.