jueves | 21 de noviembre | 2024

inicio Opinión Editorial: Marzo en el horizonte de La Araucanía
Opinión

Editorial: Marzo en el horizonte de La Araucanía

Publicado por: Claudio Nuñez | lunes 24 de febrero de 2020 | Publicado a las: 15:29

Compartir esta noticia

Pensemos un marzo más constructivo, poniendo ideas desde la sociedad civil y fomentando la participación sin sesgos políticos. Mientras temas tan agudos resbalan por nuestra máxima autoridad regional, otros amenazan con la fuerza pública a las más de dos mil familias que se han tomado terrenos para construir sus viviendas. ¿Acaso buscan repetir la dramática tragedia de Pampa Irigoin?

 Tengamos paciencia, tolerancia y prudencia con nuestras autoridades. Como dice la expresión popular, es lo que hay… Es cierto. Aceptemos sus pasos cansinos, lentos y de semanas de consultas. Lo que exaspera es que a veces, personas relativamente jóvenes, se rigen por escalas de valores propias de la inquisición.

 

Parece que estamos en presencia del submarino U-966 Gut Holz, ese terror de las flotas aliadas que durante la Segunda Guerra Mundial, hundió miles de toneladas de barcos, que cargados de pertrechos navegaban entre Estados Unidos e Inglaterra.

Pero solamente es la aparición del tercer mes del año, pero que hunde a los chilenos en días de carreras para trabajar, ganar, conseguir, endeudarse o pedir prestado, para superar todos los gastos del marzo.

Fue genial esa empresa que creó esa campaña publicitaria para un banco: “Se nos viene marzo…”. Decimos que genial porque interpretó a los chilenos que luego de las fiestas de fin de año y de las vacaciones, debe enfrentar de mayores gastos que deben enfrentar los chilenos. Son tantos y de todo tipo.

Pero, además de las dificultades que debemos enfrentar en el mes de marzo, también asoma en el horizonte, la reanudación de las movilizaciones de los chilenos. Salvo Concepción, Santiago, Valparaíso y Antofagasta, que han tenido que enfrentar movilizaciones, protestas, trincheras de fuego y dolorosos palos y amenazantes perdigones, las demás ciudades han tenido un verano sin estado de conmoción o de temor salir a la calle y encontrarse con ambientes bajo el humo de barricadas, bombas y el agua sucia de los guanacos.

Al parecer, hoy la discusión en los sectores políticos es estar más en la destrucción de los errores, que en la posibilidad de descubrir o construir nuevas verdades. Se nos viene marzo y todo indica que esta frase está cargada de conflictos o problemas sociales, que van a emergen fuerte como ocurrió en octubre de 2019.

Nos preocupa este clima de proclamas encendidas por una parte y de amenazas con penas del infierno por otra porque ello significa que no tenemos cabezas pensantes, que resulten creíbles que para un año tan político como este –Nueva Constitución, primarias, campañas municipales y otras por el estilo- sean dirigidas en muchos sectores por quienes no hablan, sino que a gritos se imponen por sobre la masa.

Febrero ha sido un mes difícil. Ya está en la agenda mensual los incendios forestales, con orígenes de intencionalidad sin discusión, pero lo que ha elevado la temperatura social ha sido la escasa eficacia en la intervención de nuestras autoridades políticas. No podemos dejar pasar que mientras en todo el país se discute por las acusaciones de fraudes y corrupción en algunos servicios públicos, tengamos un intendente regional ausente.

¿Acaso está al frente de un equipo para apurar el tranco y excluir o suspender al menos, a aquellos que son apuntados de actuaciones no éticas?

O ¿está al frente de un equipo de profesionales estudiando soluciones habitacionales para las más de dos mil familias que se toman terrenos para que el Estado les construya sus casas?

No lo hemos visto en ninguna de estas líneas de trabajo, por el contrario. El pasado fin de semana o en días cercanos, más se le ha visto en fiestas costumbristas, o actividades de verano o visitando comunas. Lo más cercano a la contingencia han sido sus declaraciones luego que peritos de la PDI sacaron de su edificio equipos y documentos  en el marco de la investigación que realiza el Ministerio Público en el MOP regional.

Se nos viene marzo y pensamos que tenemos que preocuparnos de levantar credibilidad en nuestras alicaídas instituciones regionales. Tenemos que, con mucho tacto y tolerancia, mirar para el lado y apoyar a estas autoridades que por desperdiciar las cámaras de los periodistas, expresan frases sin sentido o con fundamentos que lejos de ser inteligentes o con meridiano razonamiento, nos dejan perplejos.

U esta otra intervención: ¿Cómo es posible que un gobernador y un alcalde señalen que están listos para aplicar la ley y desalojar a las más de dos mil familias que están ocupando terrenos para que se les construya sus viviendas?

Eso fue lo que escuchamos del gobernador de Cautín, el abogado de derecha y mapuche, Richard Caifal y del alcalde de Temuco, Miguel Becker. No es correcto –como autoridades-, estimular las   ocupaciones porque crea un conflicto a su gobierno y desde ese punto de vista, aceptamos que, por último, inviten a conformar comités de vivienda.

Pero distinto es cuando señalan que están listos para recurrir a los tribunales para aplicar la ley y ocupar la fuerza pública para el desalojo de los terrenos, ya sean fiscales o privados. ¿Sabrán lo que están diciendo o es solo para quedar bien con algunas conspicuas y alicaídas figuras del establishment regional?

Lograr un Chile y una Araucanía más justos, más solidarios y con más derechos garantizados para muchos y menos privilegios para unos pocos, es una tarea en la que como medios de comunicación no podemos estar ausentes. Este es un llamado a toda nuestra comunidad regional  a que sienta como suya esta responsabilidad cívica, histórica e ineludible, y se haga parte de este despertar.

Así como existen momentos en la historia, en los que las circunstancias hacen que sea indispensable que prevalezca la reflexión, el diálogo y la búsqueda de entendimiento, existen también coyunturas en las que sin perder aquellos ejes, es ineludible explicitar la propia perspectiva ética, sin renunciar por ello, a la debida ponderación y a la necesaria prudencia. Es un ruego.

 

Síguenos en Google News