Publicado por: Claudio Nuñez | domingo 17 de julio de 2022 | Publicado a las: 11:37
De la crisis rural, del desafío planteado por encapuchados armados en sectores de Arauco y La Araucanía, de la profunda postergación de Malleco, de la Nueva Constitución y de lo que podría pasar luego del 4 de septiembre, nadie dice nada.
La política chilena vive su más profunda crisis desde 1973. La actual tensión social, la inseguridad que recorre todo el país, y el claro clima de efervescencia producto de la definición de los chilenos de la nueva Constitución, nos señala que algo está pasando en el país más seguro, de mayor crecimiento y el ejemplo del éxito de la economía social de mercado en el continente.
Hasta hace poco, no eran pocos los líderes políticos y empresariales que recorría el mundo y mostraban los indicadores macroeconómicos que los principales bancos internacionales mostraban de nuestro país. Ahí, todos sacaban pecho
Quizás el ejemplo más notorio de esta crisis fue el registrado en la Democracia Cristiana, que solo logró elegir a un militante de sus filas para la Convención Constitucional. El contrapunto y para sorpresa para los participantes y activos voceros de la política tradicional del país, la dieron cientos de candidatos independientes que resultaron elegidos.
¿Qué significó aquello?
Porque de los 155 miembros de la Convención, 103 no tenían militancia política. A diferencia de los dos bloques tradicionales, el recientemente estrenado bloque de izquierda del PC con el FA logró mantener e incluso crecer en presencia, superando a la lista de centroizquierda (articulada en el bloque Apruebo) en número de constituyentes.
Sin embargo, la mayor sorpresa se dio en las elecciones municipales que se hicieron en paralelo. En ella el PC, pero sobre todo el FA, lograron arrebatarle populosas e icónicas municipalidades a la derecha. Desde comunas populares hasta algunas de clase media alta, la propuesta de esta coalición logró concitar un apoyo sorprendente.
“En comunas que incluían icónicos puestos alcaldicios de la derecha, como el de la comuna de Santiago centro, donde se encuentra el edificio de la Moneda, y Maipú, la segunda comuna con más habitantes de la Región Metropolitana, el triunfo fue innegable. En estas comunas fueron electos Irací Hassler, de 30 años y del PC, y Tomás Vodanovic, también de 30 años y del FA, al igual que Javiera Reyes en Lo Espejo. A estos resultados, se suman triunfos en Viña del Mar, Valdivia y otras localidades”, afirmó Noam Titelman, economista graduado de la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), magíster en Métodos de la Investigación Social por la London School of Economics and Political Science (LSE) y candidato a doctor por la misma universidad.
Si bien dicho escenario ha cambiado en los últimos meses, especialmente después de la llegada de Gabriel Boric a La Moneda, queda la sensación que la lectura que hacen los chilenos acerca de la situación política nacional, es muy diferente a la registrada en nuestra Araucanía. Por el contrario, mientras la tendencia nacional es buscar nuevos rostros y voces ideológicas de lo que pasa en el país –especialmente después de octubre de 2019- en nuestra región se giró aún más a la derecha.
Pero lo sorprendente no solo es eso. Es el absoluto silencio político de quienes fueron parte de la Concertación, Nueva Mayoría y hoy, los partidos y movimientos que conforman el Frente Amplio.
De la crisis rural, del desafío planteado por encapuchados armados en sectores de Arauco y La Araucanía, de la profunda postergación de Malleco, de la Nueva Constitución y de lo que podría pasar luego del 4 de septiembre, nadie dice nada.
Queda la sensación que no hay líderes que los interprete, o de la marcha de su gobierno en este territorio, de la sensación de fracaso absoluto, de la derecha o de los estrados gremiales que en el fondo representan los intereses financieros de los más poderosos. Nadie dice nada. ¿O todo está muy bien para ellos?