Publicado por: Claudio Nuñez | martes 20 de diciembre de 2022 | Publicado a las: 13:48
De acuerdo a los resultados del último termómetro laboral publicado por el Observatorio Laboral del Sence en La Araucanía, desarrollado por la Universidad de La Frontera, se presenta una variación positiva en la creación de puestos de trabajo con casi 10.000 nuevas personas trabajadoras en el último trimestre móvil. Respecto al año anterior (2021), para el mismo período se aprecia un alza de 39.000 puestos de trabajo.
En este contexto la Seremi del Trabajo y Previsión Social, Claudia Tapia de la Peña, dijo que “los antecedentes de este informe reflejan que estamos paulatinamente llegando a las cifras que teníamos antes de la pandemia, lo que es una señal positiva; sin embargo, seguimos preocupados por la informalidad. Esta es una de nuestras principales preocupaciones y en dónde estamos poniendo especial atención en un trabajo coordinado con el INE, las seremías ligadas al ámbito económico y el Observatorio Laboral, para generar información que permita direccionar de la mejor forma posible las políticas públicas tendientes a estimular la formalidad del trabajo, tanto de personas con dependencia laboral como de independientes”.
Según Camilo Rosas, director del Observatorio Laboral Araucanía, “el crecimiento de las 10.000 personas ocupadas durante este trimestre se debe al impulso generado por los sectores Comercio, Construcción y Administración Pública donde cada sector aportó con un promedio de 3.000 puestos de trabajo. En lo negativo, destaca el sector de la Salud que continúa mostrando una destrucción de puestos de trabajo, sumándose 10.000 personas menos en cuatro meses. El resto de los sectores económicos relevantes como Silvoagropecuario, Transporte, Industria, Turismo y Educación se mantienen con una estabilidad en su dotación sectorial, lo que implica que entre creación y desvinculaciones propia del mes se quedan en cifras similares al período anterior”.
En cuanto a diferencias por género, se identifica que la generación de empleo femenino fue mayor que la masculina, donde 7 de cada 10 empleos en el último trimestre fueron de mujeres. Este crecimiento tiene explicaciones diferenciadas donde los puestos de trabajo femenino se deben a la inserción principalmente al sector Comercio y en menor medida a Educación y Hogares como empleadores destacando que el crecimiento de empleo femenino, el 50% corresponde a empleo asalariado privado y un 40% a independiente. En el caso del empleo masculino se debe a la incorporación en los sectores de la Construcción y la Administración Pública, siendo el alza asociada a trabajo independiente y asalariado público con nula variación del asalariado privado.
Finalmente, este impulso se debe principalmente a la mayor creación de empleo independiente (5.000), seguido en menor magnitud por asalariados privados (3.000) y públicos (2.000). En este sentido, el empleo se está empezando a ver influenciado por el trabajo estacional de inicios de época estival donde hay 25 mil puestos de trabajos nuevos (donde 7 de cada 10 son asalariados).
Desempleo
En términos de desocupación, la tasa de desempleo regional alcanzó el 8,7%, es decir, que por cada 100 personas en la fuerza de trabajo activa, 9 personas están buscando empleo. Esto es relevante, porque en este trimestre se presenta el mayor número de personas desocupadas en los últimos 24 meses (desde agosto de 2020), lo que implica una presión al mercado laboral y social relevante para la generación de nuevos puestos de trabajo que se hagan cargo de esta demanda laboral.
Al considerar la tasa de ocupación, es decir, cuántas personas de 15 años o más están trabajando, se aprecia que La Araucanía está en el antepenúltimo lugar, con la segunda tasa de ocupación más baja a nivel nacional, lo que refleja la menor generación de empleo y una aún alta presencia de personas fuera de la fuerza laboral (inactividad), pese a su disminución en relación al trimestre anterior dada la mayor cantidad de personas buscando activamente trabajo o insertas al mercado laboral.
Informalidad
Sin embargo, el aumento de personas trabajadoras también implicó el aumento de la tasa de informalidad en la región, alcanzando el 37,9%, lo que implica que 38 de cada 100 personas trabajadoras está en un trabajo informal, conllevando un menor acceso a seguridad social y una nula cotización previsional y de salud. A su vez, esta tasa de informalidad es la más alta en los últimos 3 años y similar a las tasas más altas de 2019.
Ahora bien, un elemento que destaca es que este alto nivel de informalidad se debe al aumento del empleo independiente, que suele contar con menores condiciones laborales. Es así, que en el último trimestre se registran 155.000 personas trabajando en empleos informales.
Si bien el 60% de la informalidad se debe a las personas por cuenta propia, cerca del 25% se explica por la presencia de personas asalariadas en el sector privado. Asimismo, en este trimestre se observa un aumento de las personas asalariadas informales, acercándose a niveles pre pandemia.
La informalidad es un fenómeno que no debe dejar de visualizarse de manera crítica dado que implica que existen personas trabajando en empleos que, por lo general, cuentan con menores condiciones laborales dada la menor presencia de contratos, acceso a seguridad social (e incluso seguridad laboral) y se asocia a mayores niveles de inestabilidad, tanto económica como de oportunidades laborales, lo que repercute directamente en la calidad de vida de las personas y sus hogares.
Por lo tanto, los procesos de recuperación del empleo tras la crisis económica y sanitaria gatillada por la pandemia, deben velar no solo por el aumento de oportunidades laborales sino también por resguardar la calidad de las mismas.