Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 27 de mayo de 2022 | Publicado a las: 17:31
Cada año son millones de toneladas de basura plástica las que contaminan el planeta o que terminan flotando en los océanos, residuos que generalmente son producidos por la industria alimenticia para preservar los alimentos.
En este sentido, la científica Dra. Karla Garrido, investigadora del Centro de Genómica Nutricional Agroacuícola (CGNA) de La Araucanía, se encuentra trabajando en crear envases activos, los cuales podrían ayudar a solucionar este problema, conservar mejor los productos y, además, extender su vida útil.
“Los principales desafíos de este tipo de envases son controlar el desarrollo de microorganismos, oxidación, maduración prematura, humedad u otras sustancias que alteran el sabor o características de los alimentos”, dijo Garrido.
El trabajo de Investigación FONDECYT, financiado por la Agencia de Investigación y Desarrollo (ANID), utilizará un elemento clave, los aceites esenciales de las hojas de tepa, un árbol endémico de Chile y Argentina. Según explicó la investigadora, estos compuestos tienen muy buenas capacidades antibacterianas y antioxidantes, muy favorables para usar en envases activos.
El objetivo conjunto entre el CGNA y la Universidad de La Frontera es extender la vida útil de los alimentos, pero además han asumido el desafío de generar nuevos materiales para reducir la contaminación asociada a la industria alimentaria, siendo este último, uno de los sectores que más impacto genera en el planeta.
“En estos momentos estamos analizando nuevas materias primas para la obtención de materiales para envases, más amigables con el medio ambiente y que sean biodegradables. A la fecha ya hemos trabajado con quitosano (un biopolímero) y explorado diferentes fuentes de almidón, como por ejemplo la haba, que es una leguminosa de grano utilizada para consumo humano y animal, la cual también se está potenciando desde el área de plantas del CGNA” agregó la científica.
En esta investigación, la especialista en polímeros espera lograr un producto de envasado competitivo con los polímeros sintéticos tales como el polipropileno o polietileno.
En este sentido, trabaja con el polihidroxibutirato (PHB), un compuesto químico que es sintetizado por bacterias, con amplias proyecciones en el reemplazo del plástico convencional y también en uso médico.
Los polímeros de origen natural como el PHB se consideran los más idóneos para reemplazar a los plásticos a base de petróleo, responsables de la excesiva contaminación en el mundo.
“Uno de los desafíos que nos ha propuesto el Gobierno Regional de La Araucanía es innovar en una agroindustria sustentable, por eso estamos avanzando en el desarrollo de estos nuevos materiales que permitirán responder a las necesidades del planeta y consumidores desde esta región” sostuvo el Dr. César Burgos, experto de la Unidad de Alimentos del CGNA
Cabe mencionar que la Dra. Garrido es especialista en el trabajo con polímeros, desde la caracterización y procesamiento de bio-materiales hasta la aplicación.
“Como científicos podemos dar el primer paso para desarrollar estos nuevos materiales desde La Araucanía. Afortunadamente, Chile destaca por diferentes leyes asociadas a reducir la contaminación por plásticos y fomentar avances significativos en el área”, comentó la especialista.