Chile nuevamente venció a la poderosa Argentina por penales. En un partido sufrido, lleno de emoción, con un horroroso arbitraje de Heber Lopes, la Roja logra una inolvidable Copa América Centenario.

Era un pleito cerrado desde la previa pero fue conmovedor, inolvidable, porque Chile logró sobrepasar todo pronóstico. Un mal arbitraje, y las embestidas de los argentinos. No importó, la Roja fue campeón en penales y Vidal lo dijo antes del partido que se lo iba a dedicar a la gente; y se logró.

Fue un partido tan estudiado que Argentina tuvo las más claras. Un error de Medel que Higuaín solo frente a Bravo no supo capitalizar en el primer tiempo y dos del Kun Aguero. Chile tuvo la más clara por un desborde de Beausejour que Sánches se le fue por centímetros.

Aunque los penales la historia fue otra. Vidal falló ante Romero, pero lo increíble es que Messi la mandó arriba, uno que nunca falla. Ahí la albiceleste sintió el golpe, a tal punto que los ejecutantes trasandinos estaban nerviosos, salvo por Mascherano (un real y verdadero crack) y Sergio Aguero. , Castillo (que jugó poco y nada), Beausejor, Aránguiz no fallaron, pero un tembloroso Lucas Biglia (hasta en su cara se le notaba) pateó sin ganas y Claudio Bravo contuvo. La gloria fue para un silencioso Francisco Silva que le da la Copa América Centenario y el segundo título internacional, y nuevamente ante un rival que siempre nos gana en las Eliminatorias y amistosos: Argentina.

Esta generación llevó el sueño americano a un nivel imborrable. Argentina: Decime que se siente.