El próximo 06 de Abril, a las 23:59, los relojes se deberán atrasar una hora cambiando al horario de invierno, algo que altera el ritmo circadiano de los más pequeños de la casa

El cambio de hora puede afectar a los niños, causando confusión e irritabilidad debido al cansancio y a desórdenes en la alimentación. Esto puede ser especialmente difícil para niños con trastornos como el autismo, que siguen rutinas estrictas.

El cambio de horario afecta a los ritmos circadianos de los niños, amanece más temprano y oscurece antes también, las tardes de juegos se hacen ahora mucho más cortas, lo cual puede influir negativamente en el humor y el estado de ánimo.

En cuanto al tiempo que tardan los bebés y niños en adaptarse al cambio de hora,  por lo general deberían ajustar sus ritmos en un par de semanas, aunque esto puede variar.

Para ayudar a los bebés y niños a adaptarse al cambio de hora, se recomienda:

• Acostar al niño 15 minutos antes de lo habitual (lo ideal es hacerlo durante tres o cuatro días antes del cambio de hora)
• Adelantar también las rutinas diarias (cena, baño, hora del cuento, etc..)
• Darle una cena ligera
• Realizar ejercicio físico durante la tarde para «adelantar» su reloj interno
• Preferiblemente evitar siestas largas
• Evitar las pantallas a la hora de acostarse

Los primeros días pueden sentir una especie de desfase, hasta que se acostumbren al nuevo horario. En algunos niños pueden aparecer alteraciones del sueño, como episodios de insomnio o despertares nocturnos.

Pero lo más complicado será conseguir que se duerman antes por la noche e ir superando el cansancio por las mañanas. Así que habrá que armarse de paciencia y acostarlos un poco más temprano las primeras noches  y al día siguiente no les cueste tanto despertar. Estos efectos negativos y desajustes normalmente desaparecen en tres o cuatro días.

Es imprescindible con cambio de horario o sin él, dormir las horas que cada uno necesita. Una buena calidad de sueño va a repercutir en una mejor actitud para aprender, va a influir mejor en nuestra memoria, en nuestra calidad de vida y en nuestra regulación emocional, independientemente de la edad que tengamos.

El cambio de horario excluye a la Región de Magallanes y la Antártica Chilena, territorio que se debe mantener en horario de verano permanentemente.