Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 12 de octubre de 2019 | Publicado a las: 13:04
La hipótesis más probable es la afectación por parte del hongo Phytophtora, que además de ser encontrado en una alto porcentaje de las muestras tomadas en Chile, también fue hallado en las poblaciones de araucarias afectadas en Argentina (Vélez et. Al, 2019).
La Araucaria (Araucaria araucana (Molina) K. Koch) es una especie conífera siempreverde que en Chile se distribuye en la Cordillera de los Andes entre los paralelos 37° 40´ y los 40°30′ de latitud sur y en la Cordillera de la Costa entre los paralelos 37 30′ y 38° 40′ latitud sur (Cordillera de Nahuelbuta) y sobre los 800 m.s.n.m. (Díaz-Vaz, 1984). Esta especie endémica puede alcanzar más de 1.000 años de edad. Además se presenta en Argentina, en la Cordillera de los Andes, con una distribución latitudinal similar a la de Chile.
Se encuentra declarada Monumento Natural desde 1.990 por el D.S. 43 del Ministerio de Agricultura, por lo que se obliga al Estado de Chile a tomar acciones para asegurar su supervivencia y evitar su extinción. Su corta está prohibida salvo para fines de investigación científica y sanitaria, de acuerdo al artículo 19 de la ley 20.283 (Ley sobre recuperación del bosque nativo y fomento forestal).
En enero de 2016 observaciones hechas en la Reserva Nacional Ralco, detectaron mortandad masiva de individuos que presentaban daños importantes en sus copas, correspondiendo a decoloración de sus hojas y desecamiento de ramas. Los estudios indican que el porcentaje de individuos afectados aumentó de 81,3% el año 2016 al 98,3% el año 2018.
Se han manejado distintas hipótesis, como asimismo se ha recibido apoyo tanto de expertos como de instituciones extranjeras para poder descartar o confirmar cada una de ellas y poder así tener certeza de que es lo que está causando la enfermedad y poder así aplicar las medidas necesarias para contenerla y posteriormente erradicarla.
La hipótesis más probable es la afectación por parte del hongo Phytophtora, que además de ser encontrado en una alto porcentaje de las muestras tomadas en Chile, también fue hallado en las poblaciones afectadas de Araucaria en Argentina (Vélez et. Al, 2019).
Otra hipótesis es que las poblaciones de Araucaria se encuentren en “régimen de hambre” o “déficit energético” (carbon starvation), que es un proceso de inanición de carbono que sufre una planta en períodos de sequía. El régimen de hambre se produce por el cierre estomático para evitar la deshidratación durante del periodo de sequía, afectando la producción de carbohidratos provenientes de la fotosíntesis. Debido a esta situación, la planta consume los carbohidratos de reserva para mantener su metabolismo y defensa. A medida que pasa el tiempo la planta va perdiendo vigor, generando mayor susceptibilidad a patógenos o la muerte de la planta (McDowell y Sevanto, 2010).
En 2017 un estudio de la Universidad Austral de Chile determinó que las araucarias del Parque Nacional Conguillío se encuentran en un importante estado de déficit energético. Este mismo estado podría facilitar el ataque de Phytophtora al cual están expuestos los ejemplares. Además hay otras condiciones climáticas que pueden predisponer a los individuos a la Phytophtora: Falta de nieve, períodos de sequía más largos de lo habitual, especialmente en verano, temperaturas ambientales mayores a las históricas.
Debido al status de monumento natural, su estado vulnerable de conservación y la importancia étnica de este árbol, es que CONAF creó un Plan nacional de conservación para frenar el aumento de araucarias contagiadas. Se espera que en el mediano plazo se logre identificar a ciencia cierta las causas de la enfermedad y se pueda tomar las acciones necesarias para evitar su desaparición. (Lignum).