La Policía Federal de Brasil planea acusar al expresidente Jair Bolsonaro por su presunta implicación en una trama golpista para mantenerse en el poder tras las elecciones de 2022.

Según las investigaciones, la operación, denominada Tempus Veritatis, reveló que Bolsonaro y algunos de sus aliados, incluidos altos mandos militares y exministros, habrían planificado desestabilizar el proceso democrático. Esto incluía difundir teorías infundadas de fraude electoral y tramar una intervención militar para invalidar el triunfo de Luiz Inácio Lula da Silva.

Durante la redada, las autoridades ejecutaron órdenes de registro en propiedades de Bolsonaro, incluida su residencia en Angra dos Reis, y le exigieron entregar su pasaporte como medida cautelar. Además, varias personas cercanas al expresidente, como antiguos asesores y figuras militares, fueron arrestadas, mientras otros sospechosos enfrentan restricciones para abandonar el país y comunicarse entre sí.

La trama golpista presuntamente se dividió en dos fases: primero, una campaña de desinformación mediante «milicias digitales» para desacreditar las elecciones, y luego, una acción coordinada con apoyo militar para concretar el golpe. Las investigaciones apuntan a que los planes iniciaron meses antes de las elecciones, incluso desde julio de 2022.

La policía detuvo el martes a cinco personas, entre ellas un antiguo miembro del gabinete de Bolsonaro, sospechosas de estar implicadas en un complot que incluía asesinar a Luiz Inácio Lula da Silva, entonces presidente electo, pocos días antes de que asumiera el cargo.