Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 31 de mayo de 2024 | Publicado a las: 15:46
El tabaquismo sigue siendo la principal causa de muerte prevenible en el mundo. Actualmente, la mitad de los fumadores adultos a nivel mundial morirá prematuramente por una enfermedad relacionada con el tabaco. En Chile, según el Estudio Nacional de Drogas en Población General (ENPG) realizado por el SENDA en 2022, el 27% de las personas entre 12 y 65 años reportó haber consumido tabaco en el último mes.
Otros estudios apuntan a que en nuestro país, 52 personas mueren diariamente debido a enfermedades relacionadas con el tabaco, con una pérdida promedio de 10 años de vida.
Este viernes 31 de mayo, la OMS conmemora el Día Mundial sin Tabaco, efeméride que cobra especial relevancia en medio de la socialización de un proyecto impulsado por la exsenadora Carolina Goic, que busca aumentar los impuestos a su consumo, tomando en cuenta que en 2024 se cumplen 10 años desde la última modificación a este gravamen.
CINCO RAZONES PARA COMBATIR EL TABAQUISMO
Desde la Sociedad Chilena de Medicina Familiar valoran esta iniciativa, a la que se suman otras sociedades científicas, organizaciones e instituciones público-privadas. Para la doctora Javiera Corbalán, integrante de la Sochimef y del Grupo Respiratorio de Atención Primaria (GRAP Chile), “aumentar los impuestos sobre el tabaco es una de las estrategias más costoeficaces para disminuir su consumo”.
«Fumar afecta a más de 8 millones de personas anualmente, especialmente en países de bajos y medianos ingresos, exacerbando la pobreza”, sostiene. Es decir, gravar su consumo también es prevenir la pobreza. Pero, ¿cuáles son las razones para combatir el tabaquismo? Corbalán apunta a cinco ejes principales:
1. El tabaquismo daña
La nicotina es altamente adictiva y aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, respiratorias, cánceres y diversas afecciones. Fumar puede afectar el sistema nervioso, reducir la capacidad de ejercicio, dañar dientes y encías, acelerar envejecimiento de la piel, causar úlceras estomacales y afectar el tránsito intestinal, entre otros efectos perjudiciales.
2. Aumenta la vulnerabilidad a otras enfermedades
La doctora Corbalán señala que “fumar debilita el cuerpo, haciéndolo más vulnerable a infecciones respiratorias, como resfriados, bronquitis, neumonías, tuberculosis, y empeora enfermedades crónicas como el asma y la EPOC”.
3. Sobrecarga el sistema de salud
En el sistema de salud, se traduce en más consultas médicas, hospitalizaciones evitables y tratamientos de secuelas físicas, generando presión adicional en la red sanitaria, “especialmente durante periodos de alta demanda como el invierno”, señala la doctora.
4. Niños y adolescentes, los más vulnerables
A pesar de los avances, Chile sigue siendo el país más fumador de América. Corbalán apunta a que «el inicio temprano aumenta la adicción y los daños a largo plazo, en especial en niños y adolescentes en desarrollo. Es crucial prevenir el inicio del consumo, promoviendo factores protectores y denunciando estrategias de venta y publicidad».
5. También afecta al planeta
La deforestación y el uso de químicos en todas las etapas del tabaco contaminan el aire, la tierra y el agua, afectando la biodiversidad y contribuyendo al cambio climático. Los incendios forestales causados por colillas también dañan nuestros bosques y su diversidad.
CAMINO A LA PREVENCIÓN
Desde la Sochimef apuntan a que una de las estrategias clave para reducir el consumo de tabaco incluye el aumento de impuestos, además de prohibir publicidad, educar sobre riesgos con campañas, ofrecer programas de cesación, establecer zonas libres de humo, prohibir venta a menores y vigilar el consumo para ajustar políticas de prevención.
“A nivel comunitario, intervenciones estructuradas que reducen factores de riesgo (como acceso fácil al tabaco) y aumentan factores de protección (como participar en actividades deportivas) pueden retrasar el inicio del consumo de tabaco, alcohol y drogas en niños y adolescentes. La educación sobre riesgos del tabaco sola no es suficiente”, dice Corbalán.
En este sentido, señala la especialista, “los médicos de familia y otros profesionales de APS, contribuyen a la prevención del tabaquismo, educando a las comunidades, promoviendo su salud, identificando los factores de riesgo sociales, familiares e individuales para el consumo de tabaco y empoderando a sus pacientes para dejar de fumar”.