Publicado por: Francisco Carrasco | sábado 13 de junio de 2015 | Publicado a las: 14:54
T21. Una dura batalla es la que emprenderán agricultores y comunidades indígenas aledañas a la planta incineradora de residuos biológicos hospitalarios que funciona en el sector Quesquechán en el límite de las comunas de Gorbea y Loncoche.
El pasado viernes decenas de familias protagonizaron una manifestación que detuvo el tránsito en la Ruta 5 Sur, a la altura del kilómetro 738, para protestar por la presencia de esta planta que pertenece a la empresa Biogest Chile y que se encarga del proceso de acopio e incineración de residuos químicos y biológicos de los hospitales públicos y privados de La Araucanía. Para los vecinos, la presencia de esta empresa conlleva un riesgo sanitario y un daño ambiental que podría provocar efectos negativos directos a las familias y comunidades indígenas que habitan el área, como también a las producciones frutícolas y apícolas existentes.
Alex Ceballos, representante de los vecinos afectados, indicó que “las autoridades del Medio Ambiente y el Servicio de Salud Araucanía Sur, no se han puesto de nuestro lado y han manifestado diversos argumentos que justifican la presencia de la planta en este sector, a menos de 300 metros de huertos de manzana, frambuesas, cerezos y frutas de exportación, además de viviendas y comunidades que temen por la contaminación que atraería una planta que incinera productos biológicos altamente tóxicos para la salud humana y el medioambiente”, indicó.
Ceballos agregó que la protesta realizada da el puntapié a una serie de otras acciones tendientes a revocar la autorización al funcionamiento de esta planta. Una de estas acciones será la presentación de antecedentes a la Contraloría General de la República para solicitar la revisión de los procesos administrativos que entregaron la autorización a la empresa por parte del municipio de Gorbea y los servicios de Salud y el Medioambiente, como así también el estudio de acciones legales ante la Corte de Apelaciones de Temuco para detener la actividad.
Según los pobladores, a pocos meses de su marcha blanca, la planta está generando residuos contaminantes percibidos por la población como malos olores y la emanación de gases durante la noche. (FOTOGRAFIAS: ALEX CEBALLOS)