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Jorge Teillier Sandoval: El mito que se transformó en leyenda

Publicado por: DiarioTiempo21 | viernes 24 de abril de 2015 | Publicado a las: 17:04

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La figura y obra del poeta lautarino fue el centro de la noticia esta semana al cumplirse 19 años de su muerte y del lanzamiento del libro “Nostalgia del futuro”, su biografía oficial presentada por dos autores temuquenses.

Guillermo Chávez

Lautaro y el país están en deuda con Carlos Valverde y Luis Marín, dos periodistas jóvenes que sacaron la imagen de Jorge Teillier desde el baúl de las nostalgias para proyectarlo hacia el futuro, en una obra biográfica del poeta que titularon, acertadamente, “Nostalgia del futuro”.

Si bien es cierto, el nombre del poeta lautarino viene dando que hablar desde mediados del siglo pasado, y más aún desde su muerte acaecida hace exactos 19 años (escribo esta crónica la noche del 22 de abril), se puede decir que Marín y Valverde han puesto las páginas de su vida y su obra a disposición de la nueva generación de escritores que hasta ahora estaban condenados a enfrentar un tiempo saturado de poetas muertos.

Se dice que ésta es la biografía más completa de Jorge Teillier, cuando en realidad es la única escrita como tal en torno a su figura, sus vicios y virtudes. Todo lo hecho anteriormente frisa en torno al perfil sicológico del poeta, tal como “Jorge Tellier, arquitectura del escritor”, de Hernán

Ortega; “Retratos de Jorge Teillier”, de Patricia García; varias reediciones póstumas de sus libros, antologías, ensayos y estudios sobre su obra.

Pero aparecieron de pronto los nombres de dos comunicadores inquietos en el escenario

temuquense, Luis Marín (más escritor que periodista) y Carlos Valverde (más periodista que escritor). Ambos, se dispusieron a escarbar hasta en lo más íntimo de la vida del poeta para derribar el mito y mostrárnoslo tal como fue, un hombre débil y fuerte, con un pie en su cruda certeza y el otro en sus lares perdidos, con sus amores idos y los por venir, con sus éxitos y sus fracasos, y su tendencia de por vida a alejarse lo más pronto de esta vida, porque amó más a la muerte que a la vida misma y adoptó la poesía como un pretexto para integrarse a ella.

El gran mérito de “Nostalgia del futuro”, es que se trata de una biografía novelada en la que

desfilan todos los personajes que le rodearon, cumpliendo cada uno su papel en torno al

protagonista. Y como en todo “romanzo” no puede faltar la figura femenina, en esta historia son tres mujeres las que marcan a fuego tres etapas de su vida: Sybila Arredondo, Beatriz Ortiz de Zárate y Cristina Wenke. Tres nombres, tres historias dignas de un guión para el mejor cineasta nacional, por separado.

De los varios personajes, en un capítulo de la investigación titulado “Amistades íntimas”, los autores nos permiten conocer más a fondo a personajes como su hermano Iván, de vida similarmente tormentosa como la de Jorge, de escritores tales como el mítico “Chico Molina”, el flemático Enrique Lihn, el “maldito” Teófilo Cid, la casquivana Stella Díaz-Varín y, lo que desconocíamos, su sorprendente amistad con Enrique Lafourcade, recalcitrante partidario de la derecha chilena de aquellos años, aunque para las convicciones de Jorge sabido es que su única bandera de lucha fue la poesía.

Puede sorprender también que para los biógrafos, Jorge Teillier resulte ser algo así como un niño malcriado, caprichoso, con pataletas permanentes. Es lo que me pareció cuando compartí con él parte de sus últimas horas de permanencia en este sur.

Fue durante el encuentro de escritores nacionales en Temuco, convocado por el Centro de Estudios Mapuche Liwen, en 1994. Tras una jornada en la desaparecida aula magna de la Universidad de La Frontera en calle Prat, nos dirigimos todos a la sede del Liwen. Allí, en medio del barullo, observé al poeta con cara de aburrido afirmado a la pared en tanto un grupo haciendo ruedo en torno al viejo Parra permanecía en otro extremo de la sala. Me le acerqué, me reconoció como al sureño que una vez llegó como gallito a un corral ajeno en Simpson 7.

-¿Lo dejaron solo, compañero?

Levantó la vista y respondió, mordaz.

-Estos son los momentos en que desearía tener un revólver y matarlos a todos.

Rió, luego pasó por allí un laborante portando una bandeja con copas de vino.

-¿Nos servimos?- invité.

Miró a todos lados.

-Aunque me lo tienen prohibido, no me pueden obligar a estar aquí, parado.

Y se bebió el tintorro de dos sorbos, antes de que una mano lo tomara del brazo y se lo llevara a otro sitio donde no lo volví a ver hasta el día siguiente cuando pasó frente a mi casa. Iba hundido en el asiento trasero del auto de Bernardo Reyes con destino a Lautaro. Lo llevaban a visitar la casa que fue de su familia. ¡Gracia que le hacía!

Fue la última vez que Jorge visitó y bebió un vino aquí en el sur. Dos años después moría en el Hospital Gustavo Fricke de Viña del Mar, en 1996.

Desde entonces su vida fue solamente un mito. Gracias a Marín y a Valverde, Jorge Teillier ahora es leyenda y otro nombre más que brilla en el amplio firmamento del idioma…

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Luis Marín y Carlos Valverde en una foto de la artista Leonora Vicuña.

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