Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 29 de marzo de 2019 | Publicado a las: 17:09
“Hay varios factores que creemos que tenemos que mejorar, como la gran burocracia que hay en Chile en materia de inversión nacional y extranjera en minería. Si bien los tiempos son iguales que en cualquier inversión, son distintos por los volúmenes: hay proyectos mineros de US$ 3.000 millones o US$ 4.000 millones y, por lo tanto, la demora en el inicio de los proyectos significa pagar intereses, tener dineros paralizados y otras cosas más”, señalaba en febrero de 2018, el futuro ministro de Minería, Baldo Petar Prokurica Prokurica.
La complejidad de la burocracia no se agota, aun cuando son muchos los trabajos que lo han explorado, tanto histórica como teóricamente, no han incidido sustantivamente en modificar las creencias y prejuicios en su contra. Regularmente ha sido interpretada como una práctica administrativa perjudicial para las organizaciones y para los individuos que se ven comprometidos con el ejercicio de un poder administrativo estatal.
En un principio, la burocracia estuvo asociada con la práctica políticas estructuradas y complejas de los Estados, no sólo en ámbito capitalista, también fue atribuido, al régimen soviético. Pero, la cualidad de un poder que regula y condiciona a una colectividad, con procedimientos y orientaciones regulares, también se encuentra en organizaciones estructuradas y complejas, independientemente de su naturaleza pública o privada, como el partido político e incluso, críticos al socialismo real, le han atribuido a los burocrátas, ser una clase social.
Hoy, en esta edición, el alcalde de Victoria critica la burocracia enquistada en el gobierno regional. Y no deja de tener razón, porque otros se han quejado de lo mismo a la hora de revalorizar una gestión regional con mayor velocidad y con un claro criterio descentralizador, para permitir una rápida gestión en todos los niveles de la administración pública.
La consideración peyorativa contra la burocracia, no es una crítica contra esa forma administrativa, que podrían ser modificados con otros procesos, se trata de un cuestionamiento más trascendental, es una crítica contra el poder estatal, la cual, se hace explicita cuando se afirma que todo Estado es ineficiente e ineficaz y cuyo poder debe ser restringido o liquidado.
La visión de un Estado autosuficiente y autocrático, es también la idea implícita en la crítica, por ello el apoderarse del aparato estatal, constituye la aspiración de sus críticos, que no lo interpretan como la expresión de relaciones y poderes de la sociedad.
El concepto del combate a la burocracia fue impuesta por el actual Presidente durante su campaña. Pero, con un año al frente de su gestión, la burocracia no ha sido detenida, al contrario, acelera la crisis en la inversión regional que queda de manifiesto cuando diversas obras son detenidas por exceso de celo de un burócrata, que no quiere que su función pierda status en el sombrío panorama regional. Son las consecuencias de un estado tecnocrático.
No es posible que proyectos aprobados, se demoren un año, dos, cinco y hasta 10 años hasta que lleguen a materializarse para el desarrollo urbano y rural y es el caso que una vez aprobados, su larga tramitación por diversos escritorios, logre finalizar y materializar la obra, pero con un presupuesto que ya no alcanza para cumplir con el proyecto original.
Por ello, hay que estar atento al desmantelamiento institucional y funcional del Estado como lo han señalado partidarios del actual régimen, porque podría ser la concreción del proyecto liberal que minimiza la presencia e injerencia estatal en los sectores dominantes, mientras que es coercitivo y antidemocrático con los pobres y asalariados especialmente de regiones. Pero, está claro que la burocracia tiene enferma nuestra administración del estado que debe ser enfrentada con cuidado hasta saber cuál es su fin y a quien está destinada a favorecer.