Publicado por: Claudio Nuñez | martes 30 de agosto de 2016 | Publicado a las: 11:19
“Estas solicitudes constituyen un acto de biopiratería y una expropiación de un patrimonio cultural de la etnia mapuche, ya que un derecho de obtentor es una especie de patente sobre una nueva variedad vegetal, donde se le otorgan derechos exclusivos sobre esa variedad”.
La coalición de defensa del maqui, manifestó este lunes ante el SAG, su oposición a tres solicitudes de derecho de obtentor para tres variedades de maqui, Morena, Perla Negra y Luna Nueva, presentadas por la Universidad de Talca y Fundación Chile y publicadas en el Diario Oficial el 15 de junio de 2016.
Esta acción está respaldada por los senadores Eugenio Tuma y Alfonso de Urresti, por los abogados y profesores de la Universidad de Chile, Salvador Millaleo y Carlos Urquieta, Sara Larraín y María Isabel Manzur de Chile Sustentable, Lucia Sepúlveda y María Elena Rozas de Rapal además de 400 personas y organizaciones ciudadanas que ya han firmado su apoyo a esta oposición
La coalición estima que estas tres solicitudes no cumplen los requisitos de la Ley 19.342, que regula los derechos de Obtentores de Nuevas Variedades Vegetales, por no ser variedades nuevas, pues el maqui es ampliamente comercializado en Chile.
«Chile debe detener biopiratería, que consiste en el uso injustificado de los sistemas de propiedad intelectual, con el objeto de asegurar la legitimidad de la apropiación exclusiva y del control sobre múltiples recursos, productos y procesos biológicos, que se relacionan fundamentalmente con la diversidad genética”, dijo el senador Eugenio Tuma.
Tuma agregó que los pueblos originarios requieren protección de sus conocimientos ancestrales. “No puede ser que se estén inscribiendo los recursos naturales y conocimientos tradicionales en favor de terceros, quienes no entregan ningún beneficio a las comunidades, que deben ser los reales titulares de los beneficios, conocimientos y usos. Por lo tanto hemos venido a oponernos a dichas inscripciones”, expresó el senador PPD de La Araucanía.
Al respecto Sara Larraín, directora ejecutiva de Chile Sustentable recordó que “la oposición a esta solicitud de derechos de obtentores que solicita la Universidad de Talca ha sido respaldada por más de 400 firmas de organizaciones que desde todo el país reconocen al Maqui como un fruto ancestral y un bien común que han compartido los pueblos originarios del sur”.
Alfonso De Urresti felicitó esta presentación e informó que también se presentará en el Senado un Proyecto de Acuerdo para que Chile ratifique el Protocolo de Nagoya. “Este convenio nos permite frenar la biopiratería, que no es otra cosa que la apropiación indebida de recursos genéticos sin la autorización de los países de los cuales proceden”, expresó el legislador.
“Debemos adoptar las medidas administrativas y legislativas, que tengan como objetivo evitar que los recursos naturales endémicos en general, y los recursos naturales de uso ancestral en particular, puedan seguir siendo utilizados, patentados y comercializados sin ninguna restricción por particulares, empresas o laboratorios”, afirmó De Urresti.
El abogado Salvador Millaleo también estuvo presente en la entrega de la oposición, donde expuso que “lamentamos profundamente que una institución pretenda apropiarse de derechos que corresponden a los pueblos originarios. El Maqui no es sólo un fruto comestible con maravillosas propiedades, sino que fundamentalmente es parte de nuestra espiritualidad como pueblo mapuche, es un patrimonio ancestral”.
Argumentan en la coalición de defensa del Maqui, que esta “es una especie nativa y de uso ancestral en el país por las comunidades mapuches antes de la llegada de los españoles y parte de la cultura de este pueblo. Los cronistas antiguos reportan ampliamente el uso alimenticio y medicinal del fruto y la planta”
Adicionalmente, Chile suscribió el Convenio de la Diversidad Biológica, que indica que cualquier proyecto que involucre obtener beneficios por el uso de un recurso genético o especie utilizada por la comunidad local o indígena de un país, debería realizar una solicitud de consentimiento informado previo a la comunidad, y de ésta acceder, convenir un acuerdo de distribución de beneficios por las regalías que se obtendrían de la comercialización de esa nueva variedad. “Nada de eso ha ocurrido en estas solicitudes”, detallaron desde la coalición de defensa del Maqui.