Publicado por: Claudio Nuñez | martes 16 de agosto de 2016 | Publicado a las: 17:06
El Hospital de Lautaro es uno de los primeros en tener un equipo de radiofrecuencia para supresión del dolor en pacientes crónicos.
“Antes de llegar donde el doctor Huenchullán yo usaba bastones para poder caminar, porque el dolor no me dejaba”, relata emocionado Luis Lizama Rivera, profesor jubilado que lleva más de 20 años padeciendo una aracnoiditis espinal crónica, que le impedía caminar.
Esta enfermedad causa la inflamación de las membranas que rodean y protegen los nervios del sistema nervioso y tiene como secuela un dolor crónico que desde la espalda baja hasta las piernas. Debido a este padecimiento, Luis estaba semi postrado e impedido de realizar una vida normal. Desde noviembre de 2015 empezó un tratamiento con el doctor Ignacio Huenchullán, que culminó con una intervención de radiofrecuencia de facetas que bloquea algunas terminales nerviosas, bloqueando el dolor en el paciente.
A través de un equipo de última generación se realiza esta intervención muy poco común en Chile y que los usuarios del Hospital Doctor Abraham Godoy Peña de Lautaro tienen el privilegio de acceder. El equipamiento se conecta a tres agujas especialmente diseñadas para acceder con precisión milimétrica al sistema nervioso y quemar algunas terminales, lo que permite inhibir el dolor durante al menos 12 meses.
Para el especialista, el doctor Ignacio Huenchullán, este tratamiento está orientado a pacientes que “tienen un dolor de cualquier origen, de mucha duración que pueda ser controlado con medicamentos, fármacos o parches, y que el dolor sea susceptible de tratarse a través de la lesión (vía radiofrecuencia) de algún nervio, si este nervio transmite el dolor, nosotros intervenimos para bloquear esa transmisión con esta operación”.
La intervención no dura más de 45 minutos, con el paciente sedado localmente y con el apoyo de un equipo de rayos X que permite ver la espina dorsal y ubicar las agujas en el punto exacto donde nace el dolor de cada persona intervenida. Esta unidad de tratamiento del dolor, es una de las primeras en Chile y beneficia a pacientes con dolor oncológico (cáncer), como a pacientes con otro tipo de padecimiento que genera una molestia constante y que no es tratable con medicamentos.
Sin duda, el tratamiento a mejorado la calidad de vida de Luis Lizama Rivera, que luego de la intervención pudo irse caminando a su casa en compañía de su hija, sin dolor y con la tranquilidad de poder realizar su vida con normalidad durante, al menos un año.
Mientras camina hacia la salida del hospital, comenta por el pasillo que ahora volverá a pescar, subir y bajar escaleras, caminar rápido y realizar trámites, en definitiva, continuar su vida con normalidad.
Este tratamiento apunta a los pacientes que tienen enfermedades que debido a los fuertes dolores óseos o musculares están impedidos de realizar sus actividades con normalidad. Gracias a este tratamiento, ahora tienen la posibilidad de recuperar su calidad de vida.