Publicado por: Claudio Nuñez | viernes 22 de julio de 2016 | Publicado a las: 11:08
En Chile el 85% del bosque es nativo, en su mayoría en manos de pequeños, medianos y grandes propietarios privados que, sin conocimiento ni recursos, convierten el 99,1% de la cosecha en leña y solo un 0,9% en madera aserrable. Masisa decidió apostar por el manejo sustentable de este recurso y buscó un modelo de negocio que pudiera ser exitoso y extensivo a la comunidad, demostrando que es posible y rentable manejar los renovales.
“Si lográbamos trabajar estos renovales, con producción sustentable, sabíamos que tendríamos un impacto enorme en las zonas donde Masisa tiene sus operaciones. Principalmente porque no es el foco de la empresa, queríamos generar recursos para reinvertirlos en el bosque nativo”, Así explica la iniciativa Jorge Echeverría, gerente forestal corporativo de la compañía, esta arriesgada jugada que a nueve años de su puesta en marcha ya da réditos productivos.
El trabajo partió por los bosques con mejores accesos, caminos en su gran mayoría habilitados para el cultivo de las plantaciones forestales. La producción resultante se entregaba a aserraderos locales y ese dinero luego se reinvertía en otros sectores de renovales, justamente para poder construir nuevas vías de acceso o limpiar los terrenos. Es decir, todo lo que permitiera poder manejar a futuro el patrimonio nativo de la empresa.
“Gracias a este modelo de gestión, logramos cambiar las proporciones de madera aserrable. En 2007 conseguimos un 10% de este producto, hoy -en los segundos manejos de esos bosques- ya alcanzamos el 90%”, destaca Echeverría.
Eco Soluciones
Eco Soluciones ha sido la empresa elegida por Masisa para desarrollar el manejo de estos bosques y alcanzar tres objetivos: manejo sustentable, restauración y desarrollo productivo de los bosques nativos.
Al respecto, el fundador y gerente de la empresa, el ingeniero forestal Patricio Toledo, cuenta que “nosotros vimos que había un bajo uso de la madera nativa con el modelo existente, así que decidimos crear uno nuevo donde manejaríamos renovales de bosque nativo y la madera que lográramos extraer, debía venderse a un valor de mercado premium, porque cuenta con certificación ambiental muy prestigiosa, como lo es FSC”, subraya.
“Cuando vamos a un bosque determinamos vía prospección, el área a trabajar, que comúnmente es más pequeña. No siempre se alcanza a intervenir todo el bosque porque hay zonas de protección, zonas de fauna, cursos de agua, quebradas, caminos y otros. Después hacemos los estudios técnicos para que CONAF nos autorice. Además de esa evaluación técnico ambiental, organizamos las operaciones: manejo, transporte y comercialización”, aclara Toledo.
A la fecha, este emprendimiento ha trabajado más de 2 mil hectáreas de bosque nativo en La Araucanía y un poco más de mil en la Región de Los Ríos.
Certificaciones
El éxito del modelo de trabajo lo explican las certificaciones y el apoyo que han obtenido de instituciones tan variadas como CORMA, WWF (World Wildlife Fund), Codeff, CONAF o FSC, esta última muy preocupada de las buenas prácticas a la hora de manejar un bosque y que exige una filosofía de trabajo prolija.
“El estándar FSC nos exige trasparentar todos nuestros procesos, incluso los errores”, dice Toledo.
Para Masisa, asegura su gerente forestal corporativo, era vital trabajar con estos estándares porque “queríamos fortalecer Forest Stewardship Council (FSC) en Chile, apoyando el crecimiento de mercados para productos chilenos certificados FSC y desarrollando conocimiento público del rol de FSC en el manejo sostenible de los bosques nativos de Chile, y también de su conservación, protección y restauración”.
Mercado
Robles, raulíes y coihues, son principalmente los árboles -que previos a su mortandad- son cortados. La madera extraída la venden en su totalidad a aserraderos del sector. Uno de sus clientes es Forestal Maihue, cuyo gerente de negocios, Tomás Reinike, señala que el mercado está principalmente en Santiago.
“Nosotros hacemos dos productos con madera nativa. Primero tablas de dos pulgadas que vendemos a distribuidores en Santiago, para muebles y el resto son tablas de una pulgada que principalmente sirven para pisos y revestimientos”. Indica que el mercado ha ido aumentando lentamente.
La vaporización, por otro lado, es un proceso tecnológico que le da firmeza y permite cambiar colores de la madera, también entrega valor y ha terminado con la necesidad de cortar los árboles más grandes y antiguos para alcanzar justamente un aspecto más atractivo en el mercado.
Silvicultura
La premisa fundamental detrás de este pionero proyecto es mostrar que es posible manejar en forma sustentable el bosque nativo y generar una actividad económica importante.
“El no tocar, el no hacer nada es equivalente a que el bosque nativo se degrade, y en Chile está pasando eso con la mayor parte” asegura Patricio Toledo. Visión que comparte el presidente de CORMA sede Araucanía, Patricio Santibáñez, que ha conocido in situ el manejo de estos bosques.
“Hay una oportunidad de promover un mercado de maderas finas nativas y que le podría dar uso a una tremenda superficie de bosques que tiene la región, es una oportunidad que hay que explorar”.
Santibáñez asegura que para eso hay que lograr conciencia respecto a la silvicultura de los bosques. “En la medida que hay bosques nativos sin producción –argumenta- el propietario tiende a eliminarlos y eso pasó en la historia de Chile durante mucho tiempo. Hoy existe madurez para demostrar que el bosque puede ser manejado racionalmente, cumplir funciones ambientales, pero también productivas, y lograr ser una oportunidad de ingreso y de empleo”.
Oportunidad que primero Masisa y luego Forestal Hanckok Chilean Plantations y Cambium -un fondo privado de inversión-, unidos a pequeños y medianos productores locales, han aprovechado gracias a este modelo que busca demostrar con hechos que las grandes empresas forestales también pueden manejar nuestros recursos nativos con una propuesta que cumple con los tres ejes planteados desde el principio: Manejar en forma sustentable, restaurar y dar valor a los bosques nativos en Chile.