Publicado por: Claudio Nuñez | jueves 16 de noviembre de 2023 | Publicado a las: 10:44
Dar una mejor calidad a la producción de tomates en huertos familiares y además obtener una mayor durabilidad, son parte de los objetivos que se persigue con la utilización de un innovador biofertilizante que se está aplicando en producciones de La Araucanía
La información fue confirmada por la doctora Sharon Viscardi, Bióloga Nutricionista de la Universidad Católica de Temuco, quien explicó que se trata de un producto innovador, creado en esta casa de estudios y que corresponde a “bacterias probióticas de plantas; lo que significa que son bacterias no patógenas y que tiene una función específica y benéfica para la hortaliza”.
El hecho de que sean no patógenas, significa que a su vez son bacterias que no representan ningún tipo de efecto negativo en la salud de las personas; mientras que al corresponder a probióticos, representan resultados positivos en el ser humano. En lo que dice relación con bacterias lácticas, estas corresponden a aquellas que se encuentran en productos como el yogurt, y son iniciadores de una fermentación guiada que conduce a la obtención de productos alimenticios saludables y seguros.
La investigadora explicó que “lo que hemos publicado hasta ahora, es que esa bacteria puede lidiar con la sequía, de alguna manera, porque tiene un mayor efecto antioxidante en la planta y, además, tiene un efecto de biocontrol. Esto último significa que cuando uno lo inocula, cuando uno riega esa bacteria alrededor de las raíces de las plantas, lo que sucede ahí es que se produce un efecto protector; entonces la planta no se enferma con hongos fitopatógenos”.
Mientras se está trabajando en la protección en la planta, también se estudian efectos en el fruto, propiamente tal, orientado a aumentar el valor nutritivo del producto. La idea que se persigue, entonces, es que con este biofertilizante, se puedan obtener tomates con un mayor contenido de vitaminas y con un fuerte potencial nutricional; pero que a su vez mantengan las características básicas del producto como son su olor, aspecto, consistencia y sabor.
Por ahora, el biofertilizante se está validando en el uso de este fruto, producto que según registros de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (Odepa); el año pasado se sembraron más de 12 mil hectáreas, entre tomate fresco para el consumo, la preservación o la industria alimenticia. “De esto, también según Odepa, hay más de 870 mil toneladas que se dividen entre el consumo de la población chilena y alrededor de 60 mil para la exportación”, detalló la doctora Viscardi.
Comunitario
La psicóloga comunitaria y académica de la Facultad de Ciencias de la Salud de la misma casa de estudios, doctora Gloria Mora Guerrero explicó que la propuesta incluye “generar diversas instancias de diálogo y comunicación con las comunidades para que este biofertilizante les represente a ellos una oportunidad para mejorar sus propias producciones”.
El objetivo final, es que en todo el proceso las comunidades estén informadas al detalle sobre el tema y puedan hacer un buen aprovechamiento de mejores producciones de tomates. “La idea es que esto sea un proyecto desde, para y con la comunidad y que también nos aporte la visión que tienen en particular las mujeres pequeñas productoras. Por eso trabajamos también con esa perspectiva de género, donde se considera a hombres y mujeres en este involucramiento comunitario”, concluyó la académica.
La presidenta de la Comunidad José Manuel Millapán 2, Juana Collinao, destacó que “este proyecto, para nosotros, es más que nada una oportunidad de conocimiento y saber de nuevas técnicas, a la vez, para producir mejor calidad de tomates sin dejar atras lo que es el tomate orgánico o la plantación en general de hortalizas orgánicas”.