Publicado por: Claudio Nuñez | martes 6 de julio de 2021 | Publicado a las: 14:04
“Como mujeres tenemos que estar dispuesta a los desafíos, a trabajar con mucha gente y estar a la vanguardia, el rubro frutícola es un rubro de mucho detalle, de buscar variedades que tengan potencial, fijarse en la preparación de suelos y creo que por eso hay tanto interés de la mujer porque somos mucho más detallistas que los hombres”, señala Liliana Camelio, quien desde hace 15 años se hizo cargo del campo de su padre en Traiguén y actualmente produce manzanas, cerezas y arándanos con fines de exportación. Es ingeniero agrónomo y una de las mujeres agricultoras de la región de La Araucanía que se destaca en el rubro.
En un sector que históricamente ha estado conformado por hombres, llama la atención el interés de las mujeres agricultoras por participar en el rubro frutícola en La Araucanía. De hecho, así quedó de manifiesto en los resultados del primer Catastro de Potencial Frutícola realizado por INIA Carillanca, en el marco del Programa Araucanía Frutícola, entre 19 de abril y el 31 de mayo de 2021, que arrojó que más de mil 200 hectáreas de terrenos que están en manos de mujeres podrían pasar de cultivos tradicionales al rubro frutícola. De hecho, del total de las personas que señalaron estar disponibles por ingresar al rubro frutícola un tercio fueron mujeres.
“Los resultados del Catastro con respecto a la participación de mujeres y la cantidad de hectáreas que tienen nos sorprendió mucho y sin duda es un factor que vamos a considerar para llegar a ellas con nuestro programa Araucanía Frutícola y apoyarlas para aumentar la competitividad de sus sistemas productivos y reducir brechas”, indicó Miguel Ellena, director del programa Araucanía Frutícola e investigador de INIA Carillanca.
En cifras detalladas, de 96 mujeres participantes en el catastro, un 63% tienen predios con alta o media potencialidad para fruticultura, ubicados en su mayoría en los distritos agroclimáticos de Temuco Costa, Temuco Precordillera, Loncoche, y en menor proporción Traiguén, Temuco Centro y Angol-Renaico. El 57% de ellas nunca ha producido frutales y el 43% ha tenido alguna experiencia en cultivos como arándanos, almendros y frambuesas.
Se destaca que un 11% tiene predios con más de 30 hectáreas disponibles para fruticultura.
“Si bien es un desafío y no somos muchas, cada día es más fácil para las mujeres ingresar a la fruticultura y relacionarse con los hombres en este rubro, en la agricultura tradicional me parece que es más difícil que en la fruticultura, pero acá hay un cambio de mentalidad. Somos cada día más mujeres en esta área, estoy en un Grupo de Transferencia Tecnológica y al principio éramos muy pocas. Entre las mujeres productoras empezamos a hacer grupo y nos apoyamos mucho, con los hombres la relación también es de apoyo, pero hay que tener personalidad sino te comen con zapatos”, comenta Camelio.
Al pensar en la diversificación sin duda los factores que atraen son el mayor retorno económico en fruticultura versus cultivos tradicionales, la asesoría técnica de programas como Araucanía Frutícola y el apoyo del estado para fomentar la participación de la mujer, “tenemos muchos beneficios, el estado por el sólo hecho de ser mujer nos ayuda mucho más en los proyectos, por ejemplo con las postulaciones a iniciativas CORFO, lo que incentiva que participemos más, es una gran oportunidad que hay que aprovechar. Las productoras tienen que considerar esto porque de verdad es una ayuda importante”, indicó.
APOYO TÉCNICO
Silvia Conejeros participó en el Catastro de Potencial Frutícola para evaluar un predio de 30 hectáreas que tiene en sociedad en Perquenco, arrojando un alto potencial para fruticultura, “tenemos trigo principalmente, pero estamos viendo si podemos diversificar con producción de frutas como cerezos, estamos en la etapa solucionar el tema del acceso al agua, ver apoyo para realizar el proyecto y tener la asesoría para llevarlo a cabo. Somos catorce socios y cinco somos mujeres y nosotras somos las más entusiasmadas, somos las que llevamos el tema en estos minutos”, señala manifestando que un punto importante para ellas es tener la asesoría técnica para tomar buenas decisiones con respecto al cultivo y su manejo y también la parte comercial.
Según la experiencia de Liliana Camelio la información es crucial “yo aconsejaría a todas las mujeres que quieran ingresar a este rubro primero que partan viendo el tema comercial, analizar a qué precio se va a vender la fruta, considerando que el retorno de inversión puede ser al cuarto año o más. Es un rubro más riesgoso que el tradicional por lo que se requiere mucha información, partir con plantas de buena calidad y una estructura de costos clara, la asesoría es fundamental, junto con considerar que hoy tenemos muchas ventajas en la postulación a proyectos”.
El Programa Araucanía Frutícola, iniciativa Plan Impulso-GORE-INIA Carillanca, iniciará un trabajo de transferencia tecnológica con productores y productoras agrícolas que tengan predios con aptitud frutícola, que incluirá el acompañamiento para formulación de proyectos que tengan como objetivo la instalación de huertos frutales.
Al respecto Miguel Ellena, comenta que “nuestro objetivo en Araucanía Frutícola es brindar un acompañamiento experto para la formación de nuevos fruticultores para la región y apoyo estratégico en la formulación de proyectos de desarrollo articulados con actores e instrumentos público-privados, además de propiciar el encadenamiento productivo y económico, y realizar transferencia tecnológica al sector. Incorporar a las mujeres que participaron en el Catastro y que tienen predios con media y alta potencialidad, es sin duda uno de nuestros desafíos y nos alegra mucho ver esta alta participación que da cuenta que los tiempos han cambiado y que las mujeres pueden incorporarse a rubros y negocios que tradicionalmente han estado en manos de hombres”.
El aumento progresivo de la fruticultura en la región de La Araucanía va acompañado de la incorporación de la mujer en este rubro, motivadas por agricultoras que han demostrado que sí se puede vencer estereotipos también en el agro.