Publicado por: DiarioTiempo21 | jueves 28 de junio de 2018 | Publicado a las: 13:10
Todas las medidas que se adoptan para reducir o prevenir los delitos son importantes, necesarias y pertinentes, especialmente cuando en el ambiente hay una sensación de inseguridad.
Las políticas públicas en materias de seguridad y control social generalmente han sido incompletas ya que surge el divorcio Estado con Gobierno de turno, donde lo que se plantea planificadamente por un gobierno, cuando hay cambio democrático del mismo, no siempre se mantienen las medidas o iniciativas del gobierno anterior, y se pierde la continuidad de planes y programas, ya que prima a veces el interés político partidista por sobre el interés general, de ahí que uno de los caballos de batalla en las campañas políticas, sea la “Seguridad y el combate a la delincuencia”.
Ahora bien, la mirada sobre el fenómeno delictivo no está hecha por “Criminólogos”, si no que, por tecnócratas, no siempre bien inspirados, que visualizan otros dividendos derivados de la “Inseguridad”, que para la mayoría de las personas representan tranquilidad ya que piensan que algo se está haciendo al respecto.
Los costos del delito son altos para la sociedad, pero bajos para los delincuentes, ya que independiente de si opera la “puerta giratoria” o no, puede pasar mucho tiempo hasta que un delincuente sea identificado plenamente como tal y en base a medios de pruebas irrefutables.
Aquí es donde hay una clave importante en el flujo del crimen y delitos, que es la “identificación” de la persona del delincuente y los elementos o herramientas del delito, de tal forma que se pueda imponer una pena justa a quien lo merece y no a un tercero inocente.
En chile, todas las personas están identificadas principalmente por sus impresiones dactilares (diez dedos) de las manos, cuyo registro históricamente estuvo en el archivo nacional del servicio del registro civil e identificación, en Santiago, donde se guardaban la ficha decadactilares y en el caso de faltar dedos, conforme a la “Clave chilena de 14 valores”, era una característica más de identificación de una persona. Al respecto cuando se requería identificar a alguien, se recurría a este archivo.
Para los que delinquen y eran prontuariados (toma de impresiones dactilares), se adosaba al registro esta información y salvo por imperio de la ley se podían borrar o eliminar los antecedentes penales.
Asimismo, cuando se levantaban huellas dactilares latentes desde un sitio del suceso donde ocurrió un delito, estas huellas eran clasificadas por los puntos característicos existentes y luego cotejadas con las impresiones dactilares del archivo nacional y ahí se lograba la “identificación” de la persona dueña de esa huella dactilar y por lo tanto quedaba incriminada por haber estado en ese sitio del suceso.
Pasado el tiempo, estas impresiones cuando se obtiene la cedula de identidad, los dibujos dactilares de los dedos, son digitalizados e ingresado a un sistema automático de identificación dactilar (SAID – AFIS, de uso civil), lo anterior ya que también hay un sistema automático de identificación para criminales, es decir este es un sistema de identificación de personas muy importante y la base de datos es permanentemente consultada, a través de este sistema biométrico.
Consecuente con lo anterior, se logra identificar a las personas, pero en función a los delitos más gravosos y mediáticos hoy, por hoy, que pasa con las “Armas de fuego”, como se identifican y como se relacionan, ya que una misma arma puede ser usada por varias personas, y no necesariamente por el ultimo que se encontró con ellas, es decir existe la venta y arriendo de armas para delitos, por grotesco que parezca.
Queda la impresión para la ciudadanía que las armas no están identificadas, excepto por su número de serie, que seria las veces como tener una “Cedula de identidad”, pero sepan, que esto no es tan así.
En la práctica, cuando se produce una importación de armas a chile o armas cortas producidas por FAMAE (Fabrica y maestranzas del ejercito), lo primero que se hace es enviarlas al “Banco de Pruebas de Chile”, de antigua data, que pertenece a IDIC (Instituto de Investigación, diagnóstico y Control del Ejercito), organismo rector y certificador en materias de armas, municiones y explosivos, entre otros, que a su vez depende de la DGMN (Dirección General de Movilización Nacional), del Ministerio de Defensa Nacional.
En IDIC, de cada arma disparada, se obtienen dos vainas servidas (vainillas o casquillos) y dos proyectiles (balas), útiles con fines de comparación criminalística, las que quedan en un archivo físico, que en la actualidad tiene alrededor de 150.000 elementos balísticos, guardados, si guardados los que no prestan utilidad, con fines procesales o de prueba, ya que no hay compatibilidad pericial automática al efecto.
En la década de 1990, cuando se incrementaron los delitos violentos con uso de armas de fuego en chile, tanto delitos comunes como de corte terrorista, comenzaron a quedar en los diferentes sitios del suceso, vainas y proyectiles, quienes al igual que los dedos de una persona, también poseen información que las identifica y asocia a un arma, es decir a la identidad del arma.
Estas marcas o señales que quedan son las estrías, cara anterior del cierre o espaldón, labios del cargador, percutor, uña de extracción, etc., elementos característicos y únicos de cada arma.
Es dable señalar que las armas internadas ilegalmente y bajo cualquier modalidad, al no estar inscritas, no existían muestras en el archivo IDIC.
Sin embargo, varias armas se repetían en varios hechos criminales por lo que, desde la perspectiva forense, se procedió a tener en los gabinetes balísticos de Carabineros y PDI de la época, varias evidencias balísticas útiles para cotejo e identificación.
Es así que, a fines de 1994, ósea 24 años atrás, se formulan planes de modernización de Carabineros de Chile, dispuesta por el gobierno, a través de una comisión de reingeniería, en la que estaba el suscrito, quien, en la parte pertinente a identificación de personas y armas, presenta la innovadora idea de adquirir un sistema digital para huellas (AFIS) y para la identificación de armas y municiones el sistema IBIS (Sistema integrado de identificación balística), lo que no fue atendido por la Jefatura de Carabineros ni el Gobierno.
Por eso, permítanme señalar con mucha alegría, que el interés demostrado por el actual subsecretario de interior y seguridad pública, Rodrigo Ubilla Mackenney, en dotar al país de una red IBIS, para la identificación integrada de armas y municiones, es vital y viene a satisfacer una necesidad en la investigación científica del delito.
¿Qué es IBIS?
Es un sistema que integra digitalmente todas las características generales y particulares de las señales y huellas producidas por las armas de fuego cuando se produce el disparo, se extraen las vainas y los proyectiles que salen al espacio y son recuperados del sitio del suceso o cadáveres, para ser comparados lo más rápidamente posible a través de la base de datos disponible y actualizada en el sistema, donde la búsqueda realizada por esta herramienta tecnológica es monitoreada por el perito balístico, con la finalidad de obtener la certeza identificativa de las evidencias.
¿hay IBIS en Chile?
La PDI logro adquirir para su Laboratorio de Criminalística un equipo IBIS en el año 2004, pero lamentablemente se quemó en el incendio de marzo de 2005, en el cuartel central.
Posteriormente PDI compro dos equipos y Carabineros de Chile compro un equipo, ósea en el país hay tres, pero no constituyen una red balística, es decir no están conectados, porque no hay enlace técnico en esta importante materia.
¿Por qué es necesario contar con una red IBIS?
El fundamento es claro, si IDIC cuenta con equipo IBIS, puede digitalizar la base de datos física de miles de evidencias de armas inscritas, incluso las que fueron robadas, que no son pocas, y si la PDI y Carabineros, contaran con equipos IBIS enlazados, permitiría una búsqueda rápida de armas y municiones, se pueden rastrear las armas incluso si se les borra el número de serie.
Como también se pueden integrar a la red IBIS internacional que administra INTERPOL (organización de policía criminal internacional), especialmente con países vecinos, fundamentalmente por aquellos sicarios (asesinos profesionales) que generalmente operan con armas no inscritas en chile, y que pudiendo haber evidencias balísticas en otros países, se puede establecer de mejor forma las relaciones criminales y aportar medios de prueba a los tribunales de justicia.
Tan útil es que, en forma práctica, se sabe que en la región metropolitana y la Araucanía, es donde más evidencias balísticas se generan, sin embargo, a veces las vainas y proyectiles deben viajar a Santiago para sus análisis periciales, hay múltiples casos al efecto, por lo que se entorpece la gestión investigativa. Al estar enlazados, de inmediato interactúan las instituciones a través de sus bases de datos y de esta forma se comunica al Fiscal, para que se soliciten las órdenes respectivas y se avance indubitadamente en las pesquisas.
Finalmente, es necesario señalar que un país como Chile, donde no sobran los recursos y donde se ha señalado latamente que debe reducirse el gasto público, es que el Estado como misión constitucional, está llamado a cumplir la función de garante en el orden y seguridad en el país, por lo que esta iniciativa es menos onerosa a la larga, ya que permite integrar a través de la tecnologías, bases de datos separadas, haciendo más eficiente y oportuna la gestión investigativa en beneficio de la ciudadanía y reduciendo evidentemente el costo social del delito.
Prof. JORGE AGUIRRE HREPIC
Mayor ® de Carabineros
CONSULTOR EN INSEGURIDAD