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Opinión: Reformar a Carabineros ¿con las competencias de quién?

Publicado por: Claudio Nuñez | sábado 11 de abril de 2020 | Publicado a las: 12:42

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“…ningún presidente, va  a nombrar a un jefe policial o militar que no pueda controlar. Por muy capaz que sea el oficial general, es obediente y no deliberante, junta los tacos de sus zapatos  y cumple. Salvo, -eso sí-, que quiera trascender efectuando fuertes acciones operativas y esté dispuesto al plomo y a la desacreditación, ya que aquí, ni la conocida Sra.  Juanita, lo defenderá”.

 

Texto escrito por Jorge Aguirre Herpic, consultor en Inseguridad, Criminalista-Criminólogo.

 

 

Meditar que fue primero ¿el tiranosaurio o el huevo?, debe ser tarea de un paleontólogo o un biólogo, la verdad, no lo sé.

Preguntarse quién plantó las primeras matas de árboles milenarios, debe ser estudiado por botánicos, dendrólogos, forestales o agricultores, no lo sé. Pero desde pequeño, escuché pastelero a tus pasteles, en mi nortino Copiapó, donde los más duchos mineros, a veces fracasaban por no saber escuchar la tronadura de una roca o mirar los veleidosos ojos de una veta o filón de metal.

     Como sea, la sensación térmica, nos permite inhalar el nauseabundo olor de la soberbia humana, de aquellos que lo saben todo y alardean de lo que carecen.

La muestra de laboratorio que fluye de un tubo de ensayo, es el “Trabajo químico” realizado en 50 días, en 16 sesiones, cuyo total de horas se desconocen, por los expertos del “Consejo asesor para la reforma de Carabineros”, cuyo informe de 74 páginas, da para un universo de observaciones, contramedidas y retrucos, como se dice en el famoso juego popular.

Es saludable, – por esta vez-, no deslindar responsabilidades en las ideas específicas y fijarse en lo general, para poder ver el bosque.  Fundamentalmente, porque, el documento en cuestión surge de una misión inducida, que es evidenciada, por el solo hecho de empezar de una hipótesis o premisa incorrecta, – para no decir falsa-, al querer “Reformar” y no corregir, a una Institución policial, solo a partir de lo que denominan una mala gestión en el control del orden público.

Si se parte de lo más básico, los invito a recordar a la “revista Icarito”, para las actuales generaciones, era un valioso instructivo semanal que venía en un diario de cobertura nacional.

Es en el propio “Icarito”, utilizado de 1ro. A 8vo. básico, donde aparecen y en este orden los “roles de Carabineros”; 1) Preventivo, 2) Educativo; 3) Comodidad publica; 4) Solidaridad Social; 5) Control del orden público y 6) Múltiples Tareas. (Luego este 6to. Rol paso a llamarse de integración nacional, art. 2 Reglamento Nro.1 de Carabineros).

Es decir, en las escuelas públicas y privadas de Chile, se pasaba esta materia y era conocida por todos. Ergo, el orden público no era lo más importante, y ¿por qué?, si el chileno siempre ha sido desordenado.

Lo que ocurrió, es que se ideó una estrategia que justificara muchas malas prácticas y como se desencadenó “una actividad social”, cuyos tentáculos parecían un pulpo de mecano y pudiéndose controlar con antelación, no se hizo y ahí estaba paradito el “chivo expiatorio”. Una víctima ideal para estos fines.

Si bien hay que corregir malas prácticas y errores procedimentales, estamos de acuerdo, pero de ahí a reformar y con “pasteleros que no saben de pasteles”, es seguro que va a quedar mala la torta y no servirá ni para el mordisco del cumpleañero.

Como ejemplo simple, con antelación, se solicitó cambio del material obsoleto para el control del orden público, pero las autoridades políticas decían que era de apariencia muy bélica, es decir no se escuchó lo técnico. No se establecieron diagnósticos claves, en tal sentido el propio rector de la P. Universidad Católica, emitió comentarios y cuestionamientos, pero no le dijo a la prensa que esa casa de estudios superiores, asesoró a Carabineros en materias de planeamiento y estructura operativa en seguridad y control del orden público, previamente.

Otra arista importante, y como todas las autoridades en Chile viven opinando del narcotráfico, resulta más ilustrativo señalar lo que decía un conocido narco; escoja “Plata o plomo”. Aquí, era, escoja “Asciende-nombramiento o al retiro”.

La ciudadanía debe entender, que ningún presidente, va  a nombrar a un jefe policial o militar que no pueda controlar. Por muy capaz que sea el oficial general, es obediente y no deliberante, junta los tacos de sus zapatos  y cumple. Salvo, -eso sí-, que quiera trascender efectuando fuertes acciones operativas y esté dispuesto al plomo y a la desacreditación, ya que aquí, ni la conocida Sra.  Juanita, lo defenderá, y pasamos entonces a un problema de personalidad.

Demuestra lo anterior, que en el primer gobierno de Piñera, el general Villalobos hizo lo que quiso, como director de inteligencia, y el ministro y subsecretario de Interior de la época más el presidente, no tomaron ninguna medida. De ahí en más, vino el deterioro de Carabineros.

Otro aspecto a considerar, a medida que ha pasado el tiempo, se han ido dilucidando las acusaciones en contra del actuar de Carabineros, tanto en materias de supuestas violaciones, abusos y lesiones, apareciendo videos muy ilustrativos al efecto, pero como estamos en pandemia y crisis sanitaria, nadie dice nada, pero igual siguen con la “cueca de la reforma”.

Hay varios ejemplos palpables de que estamos en mal camino, no importa que el presidente haya querido tomarse una foto frente al monumento a Baquedano, pero el problema es que el fotógrafo fue el jefe de su seguridad directa, y eso es nefasto, se descuidó todo. No me imagino al jefe de capsula de seguridad de Trump o Merkel, haciendo lo mismo, pero en Chile, da lo mismo, todos compadres y después criticamos.

Una diputada, en plena pandemia, con sus asesores, se molesta porque es fiscalizada como cualquier persona en la calle, y denosta a los Carabineros que controlan, un senador se enoja porque lo controlan, la pregunta es; “los parlamentarios de otros países serios, se comportan así con la policía”.

Los experimentos son buenos, pero como escribió Mary Shelley, de tanto trabajar en un laboratorio, puede crearse un monstruo como lo plasmo en su obra “Frankenstein”, y eso que fue un científico quien lo hizo, imagínense, si hubieran sido pasteleros.

 


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